El hígado, o mejor dicho conjunto hepático (hígado, vesícula biliar e intestino) son nuestros órganos con mayor capacidad de eliminación. El hígado (glándula exocrina más grande del organismo) pesa unos 1,5 kilos y segrega 0,5 l de bilis al día. Los desechos filtrados por el hígado se evacuarán dentro del intestino en forma de bilis y de heces.
Tabla de contenido
¿De dónde provienen estos desechos?
Los desechos endógenos
Los desechos endógenos son las toxinas que provienen de nuestro propio metabolismo: leucocitos y eritrocitos usados, minerales usados, residuos del funcionamiento de nuestras células o de nuestras malas digestiones.
Toda alimentación excesiva o no adecuada para nuestra fisiología crea digestiones largas y difíciles con residuos de fermentación y putrefacción intestinal. Estos residuos irritarán y lesionarán nuestra barrera intestinal, barrera que dejará de ser selectiva. Y, no podemos permitirlo ya que nuestra barrera intestinal es el último filtro entre el exterior y el interior de nuestro organismo: ¡es primordial!
Y, no podemos permitirlo ya que nuestra barrera intestinal es el último filtro entre el exterior y el interior de nuestro organismo: ¡es primordial! En caso de hiperpermeabilidad intestinal, estos residuos traspasan la barrera intestinal y se encuentran en la sangre, más en concreto en la vena portal que los lleva hacia el hígado.
Ahora, sí que podemos entender que una mala digestión, alimentación errónea o flora intestinal desestabilizada, generen desechos que, a largo plazo, fatigarán al encargado de filtrarlos: el hígado. A nuestro hígado debemos añadirle una función más: está presente en primera línea para bloquear a cualquier agente infeccioso, virus o bacteria que quiera cruzar la barrera intestinal.
Los desechos exógenos
Los desechos exógenos son desechos gestionados también por nuestro hígado: se trata de toxinas procedentes del exterior, es decir, externas a nuestro organismo. Hablamos, por ejemplo, de colorantes alimentarios, pesticidas, antibióticos, metales pesados, productos químicos de limpieza del hogar y cosméticos (vía cutánea), alcohol, tabaco, drogas, medicamentos y, por supuesto, de contaminación en general del medio ambiente (aire y agua).
Nuestro hígado neutraliza, transforma, desactiva y evacua todas estas sustancias nefastas para nuestro organismo, transformando todos estos componentes tóxicos en derivados menos nocivos que puedan eliminarse por la orina o la bilis: el hígado es para nuestro organismo, en este sentido, un centro real “anti- veneno”. Los desechos filtrados por el hígado constituirán la bilis que evacuaremos en el intestino para extraerla vía las heces, junto a pigmentos de hemoglobina y alcalinidad.
Nuestro estilo de vida actual sedentario y lleno de contaminación desencadena una sobrecarga hepática. Con el sedentarismo nuestros líquidos corporales y, en especial, la sangre se quedan estancados: el flujo sanguíneo interno al filtro hepático y, en consecuencia, la depuración- detoxificación se reducen. Y, no olvidemos que, el estrés genera residuos ácidos para nuestro organismo.
Con todo esto, es fácil que nuestro hígado, tan solicitado, se congestione, ¿no? En consecuencia, imposible que cumpla plenamente con su función de detoxificación eliminando desechos.
Llegados a este punto, la pregunta es simple: ¿Cómo podemos ayudar a nuestro hígado a desarrollar su poder detoxificante? Aquí os dejamos algunas ideas:
Como detoxificar
- Estilo de vida sano (alimentación correcta, buen nivel de hidratación y movimiento)
- Ajustes vertebrales – maniobras del hígado con el quiropráctico para “reprogramar” el circuito neurogénico vasomotor desde el hígado hacia la zona dorsal correspondiente y viceversa (liver pump cf: sacro-occipital technique)
- Detoxificación del hígado utilizando los principios activos de la fitoterapia con plantas usadas habitualmente como la alcachofa (cynara scolymus), el diente de león (taraxacum officinalis), el rábano negro (raphanus sativus), la cola de caballo, el cardo mariano y el boldo. Con Barbara y la naturopatia, te podemos ayudar en encontrar una solución natural para permitir al hígado recuperar su función óptima